lunes, 10 de diciembre de 2012

Tiempos más simples

Cuando eramos veinteañeros y salía a cenar fuera con los amigotes teníamos por costumbre decidir el lugar a donde ir a base de veto, lo que evolucionó en una especie de partida de ajedrez: yo no me quejaba cuando alguien proponía kebab aunque no me apeteciera, porque sabía que algún otro iba a vetarlo y yo me guardaba mi derecho a veto para cuando alguien propusiera chino. Así acabábamos cenando en el sitio que menos nos disgustaba a todos

Ahora, convertidos en treintañeros con hipotecas, con hijos, con sueldos mileuristas (cuando hay sueldo) y sin vistas de mejorar, cuando alguien propone ir al Burguer King a aprovechar la oferta de dos menús Whopper por 8'99€ la moción es aprobada por unanimidad