Para cerrar el año, aquí tenéis un villancico cantado por esta señorita a la que en cierta ocasión rescaté de un destino incierto en el metro de Barcelona (sí, la anécdota es poco interesante, y lo que pasó en realidad menos aún... ¡pero ya veréis cómo la hago crecer si Lydia se convierte en famosa de verdad!)
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