jueves, 24 de noviembre de 2011

Lo que no puede ser no puede ser, y además es imposible

La botella de agua en el Burguer King, que el pasado verano subió a 1'80€, cuesta ahora 1'20€. Rectificar es de sabios. O de tontos que se han pegado un hostión

jueves, 17 de noviembre de 2011

Por qué el blog no funcionaba

La bitácora "Seré breve" lleva abierta desde el 20 de abril de 2011. Lleva pues, incluyendo la fecha de hoy, doscientos once días abierta

En ese periodo de tiempo se han publicado hasta la fecha cuarenta y seis entradas publicadas. Esta es, por tanto, la cuadragésimo séptima

Esto nos da una media de una publicación cada 4'49 días. O, por expresarlo de otro modo, 1'56 publicaciones a la semana

En todo este tiempo los ingresos proporcionados por la bitácora han ascendido a la cifra media de 0€ mensuales, por lo que ésta se encuentra en situación claramente deficitaria

Por todo ello, los mercados han decidido que el escriba habitual debía dimitir y ser sustituído por un tecnócrata. Tras producirse el relevo "Seré Breve" ha aumentado su cotización en los rankings de Wikio y Alexa, con lo que se aleja el peligro de intervención directa por parte de Blogger

Gracias a la estabilidad ganada con la medida los lectores no deben temer nuevos recortes en futuras entradas

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Salchicha que no has de comer...

Imagina: Sicilia, 1929. Una joven pareja recién salida del cine busca un sitio donde cenar. Pasan delante de una franquicia seudoalemana (rótulos ilegibles en letras supergóticas, mobiliario de plástico, camareras sudamericanas vestidas de tirolesa...) y deciden meterse a cenar una fuente de salchichas

La camarera que les recibe en la puerta les indica que ahí no tiene sitio, que pasen al interior, cerca de la barra. En el interior les recibe otra camarera que les vuelve a mandar hacia el exterior. Allí les indican que tienen que esperar, porque no tienen sitio para dos

En los paseos por el local la pareja ha podido ver al menos cuatro mesas vacías. El problema, les informa la camarera, es que son mesas para cuatro, no para dos, y que tienen dos opciones: esperar a que se desocupe una mesa pequeña o marcharse. Cabe añadir que en los cinco minutos que ha durado la secuencia se agolpaban en la entrada del establecimiento la asombrosa cantidad de cero cuartetos deseosos de cenar salchicha

Así que la joven pareja abandona la salchicería de nombre incomprensible para nunca más volver y dirige sus pasos hacia un McDonalds cercano, que será todo lo dañino que sea, pero al menos dejan sentarse a cada uno donde le da la gana